Los trabajadores de
Prensa de Radio Nacional, observamos con alarma que el incumplimiento del
Convenio de Prensa da lugar a situaciones que afectan gravemente el
mantenimiento del Servicio Nacional de Noticias, al punto de que se han
registrado turnos donde ni siquiera se llega a cubrir la dotación mínima de
personal.
Esto se agudiza en el
área periodística que debe encargarse de producir información para la AM 870, las tres FM, y las coproducciones
con las 48 emisoras de las provincias para hacer los tres Panoramas Nacionales
de Noticias.
Radio Nacional es la
única empresa periodística que no se rige en base al convenio de actividad que
le es propia. Y esto sucede con la complicidad del Ministerio de Trabajo donde
no han respondido a este reclamo. En tanto, las autoridades de la radio alegan
que la emisora fue creada en la década
del cuarenta, bajo la órbita de la Secretaría de Comunicaciones del entonces
primer gobierno peronista, por lo que consideran que los periodistas deben
figurar como un capítulo del Convenio originario, suscripto con los gremios del
Correo Nacional que eran los vigentes en aquellas décadas.
Y entonces surge la
pregunta: ¿En que se parece Radio Nacional a una estafeta postal?. Para colmo,
la Directora Maria Seoane, no recibe a los representantes gremiales que luchan
para que los trabajadores tengan mejores condiciones de trabajo y puedan
desarrollar un mejor servicio.
Pero no hay torpeza, ni
inocencia, sino una clara intención de que nuestro Convenio jamás entre en
vigencia. Los funcionarios saben que mientras haya confusión, será más difícil
hacer respetar los derechos.
Asimismo esgrimen que
deberán unificarse en “un solo capítulo” los distintos convenios de los
sindicatos de prensa del país (Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santa Fe,
Tucumán, etc). ¿No sería más adecuado y simple, hacer como en los otros medios
(diarios, canales y radios) y regirse por los convenios vigentes en cada
Provincia?. ¿A qué responde la directiva?.
Evidentemente el único
objetivo es que siga funcionando la máquina de impedir que viola
sistematicamente el respeto de los derechos de los trabajadores de prensa
(estructura, concursos transparentes, promociones, listado de viajes, entre
otras).
Irónicamente, la falta de
personal no se condice con la cantidad de personas que ingresaron a la radio.
Nunca hubo tantas altas como en el último tiempo, algo que celebramos en cuanto
se trata de fuentes laborales pero que por otra parte se hizo en forma
irregular sin la realización de concursos transparentes ni participación
gremial alguna.
Apenas un jurado
compuesto por personas que, en muchos casos, jamás tuvieron contacto con la
profesión sobre la que juzgan antecedentes. Esto no sucede en las áreas de la empresa
donde se respeta el Convenio como Canal 7, donde sí existe la participación
gremial en la selección del ingreso de trabajadores. Paralelamente a esta
situación, falta personal en el Informativo. Las bajas vegetativas y traslados
no han sido cubiertos. Hay compañeros empleados en negro, que no figuran en
ningún registro, o por lo menos eso se responde, cuando se hacen los
correspondientes reclamos, aún ante el Directorio de Radio y Televisión
Argentina.
Todo esto sucede a partir
de la gestión de Maria Seoane , ya que una histórica victoria de los
trabajadores desde el 2004 fue terminar con el trabajo en negro.
Por lo expuesto, los
periodistas exigimos estar bajo el convenio que nos es propio y no aceptamos más dilaciones, ni excusas,
porque los funcionarios se van, usan el vacio legal para su beneficio o para
aplicar practicas que perjudican a los empleados, como las que utilizaban en el
diario CLARIN, la misma Seoane.
Los trabajadores, pilar
fundamental de este proyecto nacional que se desarrolla hace 12 años no podemos
todavía en la Radio Pública hacer valer nuestros reclamos, como en las mejores
épocas del neoliberalismo. Esta vez, pese a que un signo diferente rige los
destinos de la Patria, somos los vulnerados desde el Estado por la actuación
particular de funcionarios de turNo que no han comprendido los nuevos tiempos.
No hemos sido ni seremos
cómplices del manejo discrecional de los fondos del presupuesto de nuestra
radio que todavía no puede contar con una simple estructura básica para su
funcionamiento.
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