LAS MUJERES PARAN PRIMERO

El miércoles "negro" que se vivió ayer en el país en repudio a los femicidios tuvo una particularidad histórica signada por una hora donde las bases de la gran mayoría de los gremios hicieron PARO. Una hora donde las mujeres levantaron una bandera que fue acompañada por los compañeros de esos mismos sindicatos que entendieron que debían vestirse de negro, igual que ellas.

Frente al grito del “Sí se puede/ sí se puede/ el primer paro a Macri/ se lo hicimos las mujeres”. Ellas pusieron el cuerpo, como siempre, y demostraron que un paro también puede ser encabezado, impulsado y llevado a la práctica por quienes integran una minoría.

Y una vez más, el SIPREBA, representó con fuerza a esa minoría ya que las compañeras junto a sus delegad@s fueron las que organizaron la medida en cada una de las empresas en las que defendemos los derechos de los trabajadores de prensa.

No alcanza con sacarse una foto, la discriminación tiene otras formas, otros matices, desde el hecho de no contar con mujeres en las comisiones directivas de los gremios hasta el silencio más absoluto frente a la defensa de género que, lamentablemente, hoy sigue siendo una causa porque las sociedades han avanzado pero las culturas aún parecen no estar a la altura de las circunstancias.

La lucha contra el femicidio no es lo políticamente correcto sino un compromiso personal que debe evidenciarse en cada acto de los responsables en las dirigencias sindicales.

En base a ese compromiso también deberíamos valorar a quienes nos conducen y a quienes se erigen como defensores de nuestros derechos.

PAREMOS LA VIOLENCIA DE GENERO

Hoy paramos porque en solo 10 días la violencia machista se llevo las vidas de las más jóvenes, de las más vulnerables. La muerte por empalamiento de Lucía, de 16 años, la de Janet, de 29; de Julieta, de 21, de Ayelén, de 19. Podríamos seguir enumerando casos porque casi todos días tenemos que hacer referencia en las noticias sobre mujeres victimas de violencia de genero.
El encarnizamiento con sus cuerpos va más allá de la muerte, no sólo incluye las mutilaciones, las violaciones, sino la práctica, cada vez más frecuente de arrojarlos en descampados, envueltos en bolsas, en valijas, quemadas, desechadas como si fueran basura .

Por esto como trabajador@s de prensa tenemos la obligación de visibilizar sistemáticamente el terrible problema de la violencia machista, proteger a las víctimas y no prejuzgar sus actitudes, informar sin estereotipos, denunciar cuando falten políticas del estado, ofrecer datos útiles de lugares donde recibir ayuda.
Proponemos además desterrar la engañosa figura de “crimen pasional” y exponer claramente las causas estructurales que perpetúan y naturalizan la violencia hacia las mujeres.
Además de repudiar los femicidios y gritar bien fuerte "ni una menos" podríamos aprovechar el paro para reflexionar sobre el rol de los periodistas al momento de abordar este tipo de noticias.